Ahora si que descansas de verdad amigo Ray. Seguro que Jim te ha ido a buscar para darte una buena bienvenida.
Mira que tengo cosas que hacer....pero luego a la noche te recordaré en mi oración y después escuchando la música que nos has dejado. ¡Que pedazo de teclista, Dios Santo!. Gracias por la hermosas vibraciones que nos has dejado para siempre. Ahora tu piano y órgano ya suenan en el cielo.