20 de junio de 2012

Reseco


Era un día de casi el verano, pero estaba nublado. Y se notaba, porque realmente pesaba en su ser. Las ideas transcurrían muy lentas, perezosas. Imposible la concentración.
Sin embargo a la noche sonó el teléfono. Una invitación a tomar un café rápido. Ella tenía que viajar una vez más.
Así que en un relajado ambiente compartieron pensamientos. Cuando ganas en confianza y sabes que puedes desahogarte.
Y él se sintió especial, muy especial.  Cuando la confianza se transforma en pasión. Y se deleitaron el uno junto al otro.  Aquellos labios serenaron todos los miedos.
Una mirada, una ternura.  Ayer durmió sonriendo. 

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